domingo, 25 de agosto de 2013

Yuken Teruya

En el post de hoy me gustaría hablaros de un artista japonés, cuyo trabajo descubrí hace apenas una semana en una muestra colectiva en la galería Saatchi londinense. 

Yuken Teruya (Okinawa, 1973) estudió arte en Tokyo y en Nueva York y desde entonces no ha parado de exponer sus obras en galerías y museos de todo el mundo.  Aunque ha participado en numerosos proyectos, hoy quiero hablaros en especial de una de sus series: Notice Forest. De cualquier manera, si os interesa descubrir más sobre sus obras, podéis visitar su web Yuken Teruya website donde podréis ver todo su trabajo.

Yuken Teruya, usa en la mayoría de sus obras el papel como protagonista. Generalmente lo recicla, utilizando materiales ya existentes, para modificarlos y crear a partir de ellos, una obra nueva. Todo sirve: cajas de pizza, rollos de papel higiénico, anuncios publicitarios o en el caso de esta serie: bolsas de papel de todo tipo. 


En Notice Forest, utiliza tanto bolsas de grandes marcas, como bolsas de restaurantes de Fast Food, el único requisito es que sean siempre de papel, haciendo que la bolsa que estaba destinada al olvido absoluto, se convierta en una pieza admirada de museo. Una vez elegida la bolsa, gracias a un elaborado trabajo de precisión, reconstruye unos árboles 3D, en el interior de la misma. Es casi un trabajo de origami; dominando con un control absoluto la técnica, consigue crear delicadas figuras vegetales en el interior de las bolsas. La obra final se presenta de forma teatral, siendo el árbol el protagonista total de la pieza, al estar enmarcado dentro de los límites físicos de la bolsa, creando de esa forma un escenario expositivo.

Todos sus árboles se desarrollan siempre basándose en un modelo. El artista primero selecciona uno de su interés, para después plasmarlo posteriormente en sus obras. El papel es la esencia de la obra, nos habla de su procedencia de los árboles y a su vez lo reutiliza para realizar sus creaciones, mostrando respeto en todo momento por la naturaleza y por los bosques que dan nombre a esta serie en concreto.

Fuente Fotografías: GTT.

domingo, 18 de agosto de 2013

Richard Serra y Tilted Arc

Richard Serra (San Francisco, 1939) es un famoso escultor minimalista que en el año 2010 fue premiado con el Premio Príncipe de Asturias y sus obras forman parte de numerosas colecciones y museos, entre otros, de la permanente del Museo Guggenheim de Bilbao.

Aunque se podrían escribir varios post acerca de este artista, hoy quiero hablaros de una de sus obras: Tilted Arc y la polémica que creó en la ciudad de Nueva York.

Tilted Arc fue realizada en el año 1982 e instalada en la ciudad neoyorkina en la plaza Foley, la obra se la había encargado la propia Administración de los Estados Unidos, que a su vez pasarían a ser los dueños de la pieza. A la hora de entender el caso hay que tener en cuenta que Richard Serra ya era un artista famoso y con una gran reputación en la época. La obra le costó al Estado 175.000$.



Serra a la hora de crearla, tuvo en cuenta el lugar donde se iba a ubicar y por ello realizó una pieza en la que el espectador descubría nuevas visiones de la misma según paseaba por la plaza. Las dimensiones eran muy grandes: más de 36 metros de ancha por unos casi 4 metros de altura, lo que dividía  a la plaza en dos partes. El material usado era el acero corten, habitual en las obras de Serra, y la plancha estaba ligeramente curvada jugando con el espacio de la plaza.

El problema surgió cuando los trabajadores del edificio de enfrente de la obra, la rechazaron por completo, llegando a firmar infinidad de peticiones para que la quitasen de su ubicación, puesto que alegaban que afectaba a sus vidas negativamente, y empeoraba la situación de la plaza, atrayendo, según sus relatos a grafiteros, ratas e incluso delincuentes y considerando la propia escultura como una cicatriz en el corazón de la transitada plaza.

Finalmente el Estado decidió desmontar la obra lo que llevó a Serra a los Tribunales, siendo este uno de los juicios sobre arte más famosos de la historia, muchas personas testificaron a favor, entre ellos los famosos artistas Keith Urban o Claes Oldenburg, pero otras muchas lo hicieron en su contra y pidieron la eliminación de la obra de la plaza, sobre todo trabajadores del edificio, que eran quienes convivían con la obra a diario.

Tras una gran batalla legal, se decidió quitar la obra de su ubicación, cortándola en tres piezas; actualmente se encuentra en un almacén guardada. Esta decisión generó mucha polémica a su vez, entre los defensores del mundo del arte, y disgustó enormemente al artista,  al identificar esta acción con la destrucción total de su obra,  puesto que entendía que al haberla creado inicialmente para un sitio específico, sacarla de esa ubicación significaba la destrucción de la misma.

Fuentes fotografía: Tate UK

domingo, 4 de agosto de 2013

Amalia Avia


Hace unos años, me regalaron un libro de la pintora Amalia Avia (1930-2011) y aunque su nombre no me resultaba familiar, desde la primera página me enganchó y lo leí del tirón.

La artista, autora también del libro, contaba en primera persona las diferentes etapas de su vida, una juventud marcada por la guerra civil española y por la posguerra y posteriormente en su etapa adulta centrada más en el mundo del arte. A lo largo de sus memorias nos invita a conocerla y a su vez nos ayuda a entender toda una época artística española, ya que fue esposa del famoso pintor Lucio Muñoz y gran amiga del pintor Antonio López.

Amalia Avia, fue una pintora realista, en la mayoría de sus obras la ciudad de Madrid fue su principal referencia. Aunque nació en un pueblo toledano, Santa Cruz de la Zarza, la mayor parte de su vida la pasó en la capital española.

Amalia Avia entró en contacto con el mundo del arte en el estudio  madrileño de Eduardo Peña en los años 50 y desde entonces no paró de pintar. Varias galerías de la capital la representaron, aunque la galería Juan Gris fue con la que más trabajó. 

En sus pinturas predominan los tonos oscuros y ocres, no buscaba lo bello sino lo corriente,  en sus trabajos podía verse cómo el paso del tiempo había afectado a los lugares comunes que representaba y los convertía en los protagonistas absolutos de sus obras. Una puerta desconchada, o un edificio viejo o una antigua tienda de ultramarinos podían ser el tema de cualquiera de sus obras, temas cotidianos y localizaciones corrientes poblaban sus lienzos.

En muchas de sus obras no aparece el ser humano, aunque su huella siempre le interesó, la manera en la que el hombre ocupa los lugares o el efecto de sus acciones en el espacio.  Cuando la figura humana aparecía podía representarla de espaldas, le interesaba las vidas anónimas más que el propio retrato realista.

En el año 1997 el Centro Cultural de la Villa de Madrid le dedicó una exposición antológica de su obra, aunque en mi opinión Amalia Avia no es aún tan conocida como debería. Si tenéis la oportunidad leed sus Memorias ya que descubriréis a una gran pintora con muchas cosas que decir tanto a través de sus pinturas como a través de sus palabras. 

El Viaje, 1985

Fuentes fotografía: Editorial TaurusEl MundoArtespain